Los pistacho no pudieron superar al descendido Bordils en un entretenido partido
CLUB HANDBOL BORDILS 35 (15): David Mach, Adriá Batlle (ps); Carles Pou (1), Francesc Reixach (1), Oriol Márquez (2), Arnau Palahi (14), David Maso (2), Ferran Pou (-), Ferran Oliver (1), Ignacio Moreno (4), Joan Vilanova (-), Jairo Montes (2), Adrià Batlle (1), Tomás Bañeras (1), Josep Reixach (2), Esteve Ferrer (3), Roger Montemayor (1). Entr: Pau Campos.
BM RUTAS DEL VINO ZAMORA 29 (14): Tomás Lautaro, Miguel Guarido (ps); Joaquín Aravena (2), Marco Torres (-), Fernando Ruíz (-),Antonio Sánchez (3), Alberto de la Fuente (3), Jorge Martín (6), Miguel García (1), Raúl Maide (-), Luis Horcajada (2), Diego Pérez (-), Guille García (5), Jaime González (5), Sergio Sarasola (1), Nicolás Samudio (1). Entr: Ricardo Margareto.
PARCIALES: 2-0 (5’); 5-2 (10’); 9-5 (15’); 12-8 (20’); 14-10 (25’); 15-14 (descanso); 20-18 (35’); 21-20 (40’); 26-22 (45’); 29-23 (50’); 31-26 (55’); 35-29 (final).
ÁRBITROS: Crespo Gómez y Eiras Abalde.
Exclusiones: Maso, Oliver, Moreno, Bañeras, Ferrer; Lautaro, Aravena, Ruíz y Sánchez (2).
PABELLÓN: Blanc i Verd.
El BM Zamora Rutas del Vino saldó su última salida de la temporada con una derrota en feudo del descendido Club Handbol Bordils en un partido muy entretenido, de alternativas en el marcador y de mucha emotividad para los catalanes, pues los locales se despedían de la categoría después de ocho años y con todo el público presente dedicándoles una calurosa ovación. Aplauso al que se unió la expedición zamorana.
El duelo comenzó a ritmo tranquilo y con una pequeña renta de dos tantos para un Zamora certero con el gol que además tardó apenas unos segundos en cazar su primer gol a la contra. Sin embargo el buen juego visitante sería respondido muy rápido por los locales merced a su buena circulación en estático y a la puntería de Montes en la definición.
La relajación defensiva, el juego desinhibido y la poca presencia de las porterías mantuvieron la igualada durante los primeros cinco minutos pero con el Zamora jugando a favor de marcador (4-4). Entonces la aparición del local Palahi, desatado en lo ofensivo, significaba la primera alternancia en el marcador y el paso a una fase de mayor dominio anfitrión (8-6 en el 10´) que no iría a más gracias al protagonismo de un Lautaro que sumó cuatro paradas en pocos segundos y una de ellas lanzamiento de siete metros, aunque el rechace no se cerró bien y la acción acabaría en gol.
Las numerosas pérdidas de los pistacho impidieron primero que la igualdad volviera al luminoso (11-9 al cuarto de hora), y de seguido dos exclusiones casi consecutivas supusieron que en sólo tres minutos se viera la primera máxima reseñable del choque con el 14-10.
Pero el equipo de Margareto mantenía la calma, estaba tranquilo y jugaba relajado. Unas buenas sensaciones que se dejaron sentir en el siguiente tramo, cuando el equipo además de mantener el buen tono ofensivo que había tenido desde el inicio le sumó una mayor contundencia en defensa, con Antonio Sánchez haciendo daño en las dos áreas. De golpe la distancia se rebajó a sólo dos goles y el enfrentamiento entró en el último tercio de la primera con todo más ajustado. Ahora el choque estaba más cerrado (16-14 en el 24´) y eso penalizaba al siete con en teoría menos calidad. Superado en juego el Bordils tiró de orgullo, su portero paró un siete metros a Jortos y los catalanes consiguieron frenar la remontada de los visitantes unos minutos, pero no lo suficiente como para marcharse a los vestuarios en desventaja porque el Zamora tuvo un final de periodo eléctrico en el que gracias a la velocidad en el pase y en el gol desnudó a su oponente. Al descanso 17-18 con un gol tras tiempo muerto y sobre la bocina de Guille García.
Al igual que en el comienzo del partido el reinicio del juego en la segunda parte estaría marcado por el mucho acierto de los dos equipos en el gol. Una precisión en la definición que duró cuatro minutos y que mantuvo a los zamoranos llevando la iniciativa pese a jugar dos minutos en superioridad (20-20), sin embargo dos errores graves en apenas medio minuto colocaron al Bordils de nuevo arriba en el electrónico (22-20) e hicieron que la grada se creciera en un día emotivo y de despedida.
El BM Zamora se relajó demasiado en defensa e incluso dejó que su rival corriera o encontrara huecos muy fáciles; pero la portería apareció con un par de paradas de mucho mérito y eso más una nueva superioridad hicieron que el marcador bailara de nuevo con un parcial de 0-3 (22-23 en el 9´ con Jaime González en racha). Entonces una exclusión zamorana daba aire a los locales y obligaba a los visitantes a atacar sin portero (26-25 en el 12´). El encuentro ganaba en emotividad y eso le venía mejor a un Bordils deseoso de despedirse de su parroquia con una victoria (28-26 en el 16´).
Una nueva exclusión pistacho y algún despiste de más volvieron a dejarse sentir en el resultado (31-28 en el 20´). El partido entraba en su fase decisiva y el Zamora apretó en defensa adelantando un par de hombres, pero ahora los errores se pagaban muy caros y un fallo a bocajarro o alguna parada local lo complicaban todo un poquito más, porque el reloj no dejaba de correr (33-30 en el 25´). De ahí a la conclusión los locales no fallaron y se llevaron el triunfo bajo un caluroso y enorme aplauso que duró el último minuto de partido y un par de ellos más y al que también se unió el Zamora que, con la permanencia lograda, tampoco tiene nada en juego.
Crónica y fotos de Área11 para La Opinión de Zamora
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