La solidez en defensa y la profundidad de banquillo permiten a los pistachos recuperar sensaciones
Foto cedida por zamora24horas.com
MMT Seguros Zamora 34 (17) - Club Handboll Bordils 24 (11).
MMT Seguros Zamora: Barrientos (p), Ceballos (3), Abalos (2), Fernando, Octavio (3), Petter (2), Posado (p), Iñaki (3), Guille (1), Ramiro (6), Jaime (5), Dalmau (2), Adrian (2), Cubillas (5), Magariño y Raul.
Club Handboll Bordils: Jordi Gonzalez (p), Farrarons (2), Reixach (2), Marquez (2), Vilanova (1), Canyigueral (2), Moreno (4), Josep (6), Esteve (4), Mach (p), Bañeras (1) y Pou.
Árbitros: Alejandro Hoz y Axel Riloba.
Parciales cada cinco minutos:
2-4, 5-7, 8-8, 12-8, 15-10 y 17-11.
19-13, 21-18, 25-19, 27-22, 29-24 y 34-24.
La conexión de Octavio con el extremo Ramiro, que a la postre sería el jugador más destacado del encuentro con seis tantos, fue de lo poco potable mostrado por los locales en los primeros diez minutos de juego, donde el marcador se situaba 5-7.
Este minuto sería el punto de inflexión que cambiaría el partido, que hasta el momento se encontraba en el terreno al que al equipo catalán le gusta desenvolverse. El técnico del MMT decidió cambiar a defensa de 6-0, movimiento que fue imitado por el entrenador del Bordils. El cambio de defensa, con cuatro hombres altos por dentro, rompió la tendencia de contragolpes y el juego se volvió más duro y de contacto, es decir se volvió mejor para el MMT. Asimismo, el escaso fondo de armario del Bordils, con tan solo 4 jugadores de campo en el banquillo- fue también clave en el cansancio, y por ende desempeño, de los jugadores gerundenses.
En el minuto 15 las escuadras llegaron empatadas a ocho tantos cada uno y desde entonces el MMT, con una defensa intratable y un excelso Ramiro, dominó todo lo que pasó sobre el parqué. De tal manera que el Bordils no pudo pasar de los tres tantos en los último quince minutos de la primera parte del partido. El nuevo sistema defensivo del entrenador pistacho, con cuatro hombres grandes en el pico del área, desgastó al pivote visitante y los extremos tuvieron más dificultades para encontrar posiciones desmarcadas para batir a Barrientos, que se mostró sólido y seguro durante todo el encuentro con varias paradas de mérito.
El mejor ejemplo del cambio de tendencia que se vio en el minuto 10 con el cambio de defensa lo encarna la exclusión en el minuto 22 del jugador local Marc: el MMT obtuvo un parcial de dos goles a uno durante el tiempo que se mantuvo en inferioridad. La absoluta superioridad defensiva y física del Balonmano Zamora volvió contra el Bordils su mejor arma: la velocidad. Los continuos ataques visitantes frustrados y el desgaste provocado por el cansancio permitió al MMT encontrar numerosas situaciones de contrataque que sentenciaron al Bordils ya al final de la primera parte: 17-11.
Tras el descanso, los jugadores catalanes, comandados por Josep Reixach con seis goles en todo el partido, tiraron de orgullo y consiguieron acortar las distancias hasta los tres goles, mas este miniremontada se quedó solo en un intento. Los zamoranos, con una rotación mucho más extensa, se sintieron en todo momento cómodos sobre el campo e impusieron su dominio durante todo el transcurso de la segunda mitad.
Los últimos quince minutos de encuentro sirvieron para el deleite del público más allá que para la competición pura y dura. Goles desde largas distancias, dejadas y muchísimos contrataques ante un Bordils derrengado hicieron que el MMT ampliara su ventaja hasta los diez puntos finales que cerraron el marcador en 34-24. La victoria devuelve las buenas sensaciones a un MMT que ya espera, de nuevo en casa, al Balonmano Ciudad Real.
Crónica de La Opinión el Correo de Zamora.
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